Posdata

Reacciono después de sentir un golpe y me encuentro con una lágrima volando entre el ojo y la almohada, es un llanto inconsciente mientras recuerdo tantas cosas que mi corazón alberga y me pregunto el por qué de tantas cosas, el por qué de tu partida y me respondo diciendo que eres tan libre como el aire que viaja entre las ramas de los árboles y jamás podrás hacer parte de nadie, pues no eres de amores puros y maravillosos como el mío, como el que te di… Sigo llorando mientras entierro uno a uno mis recuerdos y pienso que el amor no está diseñado para sentirse sino para inspirarse…
Me asomo por la ventana, enciendo un cigarro y contemplo la belleza de la noche. La armonía perfecta de esta dulce y triste noche; una luna perfecta, las estrellas en el cielo brillando, dibujando una a una su propio espacio, festejando un amor clandestino, siendo feliz en la soledad, me encierro en esa felicidad, entiendo que se puede volver a ser feliz en el celeste de la noche. Escribo te amo con el dedo en la ventana y una posdata que dice: aunque el desamor sea cruel me alejo de ti porque la vida sigue y no eres parte de mi vida: adiós. Me comuniqué por medio de la noche dulce y desde esa ventana te recuerdo como la persona que me enseñó a comunicarme sin palabras y a demostrar en un beso esa cosa que se atenta en llamar amor porque no puede describirse ni calificarse sino que se siente cuando no se siente nada diferente a una satisfacción perfecta que podría llamar ahora mismo la máxima exultación del ser.

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